Algo bueno para la Naturaleza y para tu Bolsillo...

Lleva a tu vida cotidiana estas simples prácticas ecológicas y mira engordar a tu cochinito, con algo que será ECOLÓGICO = ECONÓMICO...

La idea de que migrar hacia una forma de vida más amigable con el ambiente implica gastar más está quedando atrás. Para quien aprecia el valor de su dinero y del ambiente, los gestos ecológicos también pueden ser económicos. ¿Quieres saber cómo?

Gasto versus inversión
Un gesto ecológico puede ser económico en la medida en que se piense como una inversión y no como un gasto. Invertir ecológicamente implica calcular el ahorro que algo nos dará a largo plazo y evaluar el impacto ambiental que genera nuestro consumo. Por ejemplo, invertir en un filtro de agua y una cantimplora es el binomio perfecto: mientras reduces el consumo y la producción de botellas de plástico, te ahorras tiempo, dinero y esfuerzo en comprar botellitas y botellones. Haz el cálculo de rendimiento de un filtro de agua y verás que vale la pena la inversión.

Desechables, ¿si o no?
Rastrillos, botellas, toallas de papel, popotes (pajillas), platos de unicel (poliestireno), etcétera. Revisa qué del material desechable puedes sustituir o reusar. Por ejemplo, para hacer la compra consigue bolsas de lona o de las clásicas que usaba la abuela para ir al mercado; olvídate de las toallas de papel, toma tus camisetas viejas, recórtales cuello y las mangas y dales nuevo uso en la cocina; cada vez que te ofrezcan un popote, piensa si es realmente necesario o no; y si puedes cambiar el unicel por un tupper, tu bolsillo y el ambiente te lo agradecerán.

Motivación para todos
Apagar la luz cuando sales de la habitación, usar menos agua en tus actividades, evitar comprar comida chatarra, colectar en una cubeta el agua de la regadera y reusarla para el WC, hacer ronda de transporte y organizarte para hacer más traslados a pie o en bici, no sólo ayuda al ambiente sino a tu bolsillo.
Estoy segura que ya realizas algunas de estas acciones de manera individual, pero quizás te sientes poco apoyado en tu empresa o en tu casa. Quizás con un incentivo inicial se puede lograr mayor impacto. Les pongo este ejemplo: una amiga que tiene dos hijos pequeños les dio un motivo para cuidar los recursos; lo que se ahorraran al cabo de dos bimestres, se utilizaría en diversión. Su marido también se adhirió a la campaña motivacional, de los cinco días de la semana, tres hizo ronda con sus compañeros de trabajo y dos utilizó transporte público. Después de dos bimestres habían ahorrado suficiente como para irse de fin de semana a la playa.

Usa desodorante mineral

Estas barritas son utilizadas desde la antigüedad por sus propiedades antisépticas y astringentes. Conocida también como barra de alum, funciona como desodorante y aftershave, ya que cierra los poros pero no los obstruye, es hipoalergénico, inodoro, no mancha la ropa y es muy duradero, ya que una barrita de 60 gramos rinde lo mismo que doce desodorantes. Lo venden en las tiendas naturistas o de productos orgánicos. Haz la cuenta y verás lo que estás ahorrando.

Repara y reutiliza
La necesidad irreflexiva por vestirse al último grito de la moda o tener el gadget del momento, hace que, en general, la gente prefiera comprar un objeto de vida muy corta (que dura una o dos temporadas, a lo mucho) y que se puede ir a la basura sin remordimientos cuando pase de moda o presente el primer desperfecto. 

La fabricación masiva de productos barateros vuelve desechables a los objetos y a la gente que podría repararlos. Es curioso ver que en algunas ciudades la cultura de la reparación ha desaparecido casi por completo. Es raro encontrar talleres de oficios, un sastre, un tapicero, un carpintero, un taller de electrónica donde reparen aparatos. Por ello, ser menos fashion victim y revalorar la vida útil de los objetos nos ayuda a producir menos basura, a comprar menos y a elegir calidad por encima del estatus.

Utilidad versus empaque

Cada vez que veo llegar las pizzas a alguna reunión, me pregunto si es necesario que te den cubiertos desechables envueltos, a su vez, en una bolsa de plástico que viene dentro de una caja de cartón, que viene empacada dentro de una bolsa de plástico más grande. Entiendo que sea un "plus" para hacer sentir al cliente que se está asegurando la higiene y la calidad del producto. ¿Pero no pueden hacerlo de manera menos contaminante? Ah, y no creas que ese "plus" es un lindo regalo de parte de la marca; todo ese embalaje innecesario va incluido en el precio que estás pagando por el producto. Para como están las cosas en el mundo, me pregunto si este "plus" sigue siendo una forma de dar buena imagen a las marcas. A mi parecer, los embalajes innecesarios sólo encarecen el producto y hablan de una empresa irresponsable con el ambiente.

Platillos de temporada

Comer mangos en invierno será muy gourmet y muy chic, pero no es económico ni ecológico. A diferencia de lo que ocurre con los objetos, consumir comida local y de temporada es positivo para el ambiente y para tu bolsillo. En cuestión ambiente, el productor no tiene que invertir demasiado en agua ni en pesticidas ni en fertilizantes, el ciclo natural facilita la producción. Si se trata de un productor local, mucho mejor, ya que no se contamina en su transportación y no te incluyen la gasolina en el precio. Además, al haber más producción baja el precio del producto.

¿Qué otros gestos ecológicos y económicos conoces?

Autor: Luza Alvarado